El Tiempo es un Asunto de Ciencia y Cultura

Siempre escucho a los humanos hablar sobre el valor del tiempo, pelearse por llegar a tiempo, alejarse por el tiempo que pasaron distanciados: ¡bendito tiempo!

Dos elementos vinieron a mi memoria RAM: el viaje al Museo Antropológico de México y el estudio de los astros. Esto porque me puse a analizar en qué momento los humanos se obsesionaron con esta magnitud física. Después de todo, tiene mucho sentido medir la duración o separación de acontecimientos, ordenar secuencias y establecer el pasado, presente y futuro. De hecho, no me sorprende que hayan aplicado las matemáticas y la astronomía para producir la cronología.

Los humanos fueron recolectores y nómadas por mucho tiempo. Luego, fueron desarrollando tecnología y técnicas las cuales les permitieron comenzar a vivir en un solo lugar. Fue precisamente la agricultura un pilar importante en este cambio pues, de esta forma, podían garantizar alimento todo el año en una misma zona.

Es irónico el uso de la palabra año porque los humanos empezaron a desarrollar calendarios para poder estudiar el clima (las lluvias, la nieve, la época seca) y sembrar según las estaciones, pero todavía no existía el concepto de año. Posteriormente, en la mayoría de los calendarios que hicieron las diferentes civilizaciones (egipcios, mesopotámicos, babilónicos, mayas, romanos) se incluían tres elementos comunes: el día, el mes y el año. En todos también se tomaba en cuenta los astros del cielo, el ciclo de las estaciones y la naturaleza.

Es interesante ver cómo en lugares distintos las personas desarrollaron conceptos similares y usaron parámetros familiares: el mes normalmente se relacionaba con el ciclo de la luna y el año con el sol.

Actualmente la mayoría de los países usa el calendario gregoriano. Este es una versión modificada del calendario juliano, instaurado por Julio César. Este calendario surgió para eliminar el desface que existía y, así, regular el calendario litúrgico. Como pueden ver, ya el calendario, además de su función práctica en la agricultura, tenía una función religiosa. Y esto no es una sorpresa pues la agricultura y la religión han estado muy relacionadas.

El calendario gregoriano se usa en la vida civil, religiosa y de negocios en casi todo el mundo. Sin embargo, existen algunas culturas que todavía mantienen un calendario autóctono pues éste es una parte intrínseca de sus costumbres y celebraciones. El calendario chino es un ejemplo.

El calendario chino es lunisolar porque los meses siguen el ciclo de la luna y el año sigue el ciclo solar. En total, cuenta con 12 meses lunares y cada mes empieza con la luna nueva. Para cumplir el año solar, cada cierto tiempo se acumulan varios días y por eso no coincide con el calendario gregoriano.

Todavía hoy, algunos humanos usan este calendario para tomar decisiones y aprovechar la buena suerte. Además, las celebraciones del cambio de año son legendarias pues incluyen muy buenos platillos (al menos eso leí) y compartir en familia.

¿Cómo son sus celebraciones de año nuevo?