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Eres la protagonista, que nadie te convenza de ser nada menos

Episodio 17 - Maravilla de Mujer

En este episodio, hablamos de la evoluación del personaje de la Mujer Maravilla, de su cuerda de la verdad y de su avión invisible.

Episodio 19- Sé Como la Capitana Marvel

En este episodio hablamos de los superpoderes de la Capitana y de si podrían ser reales.

Disclaimer: Gaby, mi mánager, tomó temporalmente este espacio para dejarnos una nota interesante, la cual agrega información sobre los episodios de Ciencia a lo Ñoño y la Capitana Marvel.

¿Cuántas veces escucha una niña mientas crece que debe cumplir con una serie de reglas y expectativas? ¿Cuántas veces escucha que debe ser bonita, modesta, práctica, comedida? ¿Se le dice que debe defenderse, pero se le niegan las armas y el conocimiento para hacerlo? Se los prometo: no se puede llevar la cuenta (y estas son solo un par de ejemplos de las injusticias).

Me gustaría haber cambiado el mundo lo suficiente para que ninguna niña tuviera que vivir esas preguntas en carne propia. Pero no es el caso. Todavía nos educan para cumplir roles muy específicos en la sociedad. Hoy, con contadas excepciones, es negativo una mujer con liderazgo, ambición, conocimiento y una voz.

Estas semanas nos dimos a la tarea de buscar protagonistas femeninos en la literatura, las películas y los cómics. En los últimos 20 años existe una constancia en el surgimiento de personajes femeninos quienes tienen derecho a superpoderes, sensibilidad, ambición, astucia, sabiduría y estrategia. Sin embargo, muy comúnmente quedan relegados a papeles secundarios o como parte de un equipo (no tengo nada en contra del trabajo en equipo, solo subrayo el hecho de que normalmente no las vemos como protagonistas).

Particularmente, crecí con las historias de las princesas clásicas (me parece interesante como mucho el éxito de Disney está basado en personajes femeninos): mujeres con poco control sobre sus vidas, con una toma de decisiones cuestionable, dominadas por el miedo, muchas veces víctimas de otras mujeres, a merced de un “príncipe azul” y con necesidad constante de amigos o animales del bosque para ayudarlas.

Si además sumamos que en la vida real las mujeres escritoras, productoras, directoras de cine, guionistas están relegadas a un segundo lugar, o se censuran en muchos países, las historias de personajes femeninos terminan contadas por hombres (y en muchos casos para llenar una cuota obligatoria comercial o por ley, casi como pasa en la vida real). No estoy en contra de los hombres, simplemente nuestro punto de vista, como mujeres, es en algunos casos distinto: las palabras, los gestos, los colores, la forma de resolver problemas, el punto de vista.

Se los afirmo a manera personal, muchas películas, libros, caricaturas historias son dramáticos, divertidos, entretenidos, memorables, relevantes. Pero no me representan, no incluyen mi forma de ver la vida y de ver el mundo; aún con personajes femeninos como protagonistas. No pueden transmitir el sufrimiento y la frustración de tantos años, de tantas historias, de tantas vidas censuradas, violentamente acalladas. Tampoco puede tomar en cuenta los chistes, las pequeñas alegrías, los sutiles guiños de complicidad ni los reducidos placeres que a veces nos podemos dar como mujeres.

Tampoco pueden reclamar, retomar y exigir como propios todos los espacios, la justicia, los derechos como se hace desde el dolor, desde la fuerza visceral que se reúne para sobrevivir y para mover un titán.

Me gusta la tendencia reciente de personajes protagonistas femeninos como Elsa, Valiente, la Mujer Maravilla, y la Capitana Marvel. Me gustan porque Elsa puede ser líder de un país y ser femenina; Valiente puede ser líder, cazar y pelear; la Mujer Maravilla decide constantemente lo que quiere para sí misma y para su vida; y la Capitana Marvel no tiene nada que demostrarle a nadie.

Todavía nos queda mucho trabajo para asegurar que estos personajes se vuelvan cada vez más realistas, más completos, y puedan evolucionar. También nos quedan muchas tareas pendientes en la inclusión, la verdadera inclusión, de las mujeres a la hora de contar historias: nuestras historias.

También debemos cambiar las historias de los personajes masculinos: redefinir la fortaleza, la expresión de sentimientos, las acciones que se consideran aceptables y el derecho a ser vulnerables.

Se lo debemos a nuestras antepasadas y a las futuras generaciones, luchar todos juntos al cuestionar las ideas, los prejuicios, las palabras en nuestra vida diaria. Solo así podremos actuar como verdaderos protagonistas de nuestras historias.

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